Se incluyen tanto las especies propias de cultivos de secano como de regadío. El número de especies cultivables es muy limitado por lo calizo y pedregoso del terreno.

El cereal es el protagonista de los secanos, y dentro de él la cebada ocupa la mayor extensión.

El regadío ocupa muy pocas tierras, generalmente situadas en el fondo del valles próximos a Maderuelo que vierten al Riaza, como el Moralejos y Vayunquera, dominando la alfalfa en el pasado. Tambien en torno a las fuentes de Los descalzos y los Chorrillos.

Hacia el noreste, dominan los cultivos intercalados en mosaico con abundantes pero pequeñas masas de árboles mediterráneos como encinas, quejigos y, sobre todo, sabinas albares. Esto se conoce como “cultivos con setos”. Los "cultivos con setos” son interesantes comunidades vegetales, pues en cierta medida son montes adehesados que constituyen un refugio importante para la fauna de la zona, ya que proporcionan sustrato a la cría, fuente alimenticia y lugares de protección. Además, la regeneración natural de estos terrenos será factible por existir en los mismos, abundantes fanerófitos que prodigarían sus semillas por los terrenos incultos, ya que algunas de estas tierras de cultivo fueron abandonadas hace tiempo, sirviendo en la actualidad estos eriales como pastos para el ganado ovino, numeroso en la zona.