¿Dónde se sitúa Maderuelo ?

  Introducción
  Encuadre geográfico
 
  Áreas, su vegetación y su poblamiento
 

 

 

 

 

 

E

ncuadre geográfico

Para estudiar la geografía de Maderuelo, antes hay que ubicar a esta villa en su contexto geográfico. Primeramente hay que conocer las características de Castilla y León, después la cuenca que ésta encierra y finalmente la Serrezuela de Sepúlveda, el páramo y la Sierra Central .  Así habremos descrito el encuadre geografico de Maderuelo, un todo del que esta tierra forma parte y comparte climatología, tipos de suelo, orografía, etc.

A) dentro de CASTILLA y LEÓN 

La región de Castilla y León se extiende sobre una superficie de 94.147 km. (supone el 18,6% de España), limitada al norte por la Cordillera Cantábrica, al sur por el Sistema Central, al este por el Sistema Ibérico,  al noroeste por el macizo Galaico Duriense y al oeste por la frontera portuguesa.  Es la región más amplia, no sólo de España, sino también de la UE.

Desde el punto de vista geográfico la región está formada por dos conjuntos claramente diferenciados: un cíngulo montañoso,  de gran altura, que ocupa los bordes externos y la extensa cuenca del Duero, encerrada por el cinturón de montañas.

El relieve castellano-leonés es producto de una larga evolución geológica. Los fenómenos más acusados se produjeron hace unos 50 millones de años, durante el Terciario, cuando el zócalo paleozoico, que es el substrato que conforma la plataforma peninsular, es fragmentada y los bordes del zócalo son levantados formando el perímetro montañoso. Al mismo tiempo que se levantaron las cordilleras, comenzó la erosión, colmatando parcialemente las partes hundidas del zócalo, creando la cuenca sedimentaria interior.  Ya en el pliocuaternario se acentuó la erosión, dejando un paisaje árido, y con lgunos modelados glaciares.

B) dentro de la CUENCA del DUERO

El rio Riaza forma parte de la cuenca del Duero.  Esta gran cuenca hidrográfica se compone de una sucesión de llanuras escalonadas, fruto de la fragmentación del zócalo original durante el terciario. Pertenece a la Cuenca del Duero el 83,9% del territorio regional y tan sólo drenan fuera de ella, a las cuencas del Sil-Miño, en la del Ebro, o en la del Tajo (el Jarama nace en la cara segoviana de la sierra, junto al Duraton) pequeños sectores marginales.

Dentro de la cuenca durense se pueden distinguir tres áreas litológicas diferentes, que han determinado diferentes  aprovechamiento humano.

  • La penillanura del oeste

Al Oeste de Zamora aflora la penillanura del zócalo original, producto de la acción erosiva. En el Sur domina el roquedo pizarroso (Salamanca), en el centro dominanel granito, y en el norte hasta Sanabria  domina la penillanura de pizarra y gneis con enclaves de cuarcitas como la Sierra de la Culebra. El paisaje es llano, tan sólo interrumpido por los afloramientos graníticos o pizarrosos entre ríos y por los estrechos valles, formando suaves hondonadas que alternan con profundos encajamientos.

Esta penillanura ocupa el tercio occidental de la submeseta norte se sucede, sin solución de continuidad, las llanuras de la Cuenca sedimentaria

  • Las llanuras sedimentarias

Las llanuras sedimentarias ocupan niveles horizontales de rocas, que varían de calizas duras a margas deleznables y arcillas. Al Este aparecen los páramos calcáreos asociados a cadenas montañosas calizas, mientras que al Oeste predominan llanuras arcillosas asociadas a la erosión de montañas pizarrosas y graníticas.

Las llanuras sedimentarias ocupan los dos tercios –centro y oriente- de la Cuenca del Duero. Hay ciertas diferencias en los relieves de estas llanuras:

  • Páramos calcáreos: son llanuras perfectamente planas que se elevan sobre el nivel de la campiña. Los estratos calizos duros superiores, han protegido a las arcillas subyacentes de la erosión. Los páramos se extienden por el margen norte y oriental de la Cuenca, por Valladolid, Palencia, Burgos y Soria.  El este de Maderuelo es un claro ejemplo.

  • Campiñas: amplias superficies de perfil ondulado y débil pendiente. Se han formado sobre  rocas blandas (arcillas y arenas), por lo que el desnivel entre interfluvios y valles es poco acusada. Dentro de la Campiña se distinguen las llanuras de Tierra de Campos, sobre suelos arcillosos e impermeables y, al Sur del Duero, la Tierra de Pinares arcilloso-arenosa, sobre suelos arenosos que hacen característico su relieve (aquí se encuentra la duna fósil más grande de Europa)

  • Páramos detríticos: son llanuras con forma de mesa (tabulares) que asemejan a los páramos. Sin embargo, sus suelos son guijarrosos, recubriendo a las arcillas y a las arenas. Su gran permeabilidad, que impide la escorrentía y la formación de arroyos y ríos, por lo que han quedado elevadas sobre el resto de los valles.

  • El cinturón montañoso

El Cinturón montañoso que rodea la cuenca interior posee una gran complejidad. Forma un perímetro de 2.424 km., perteneciente a diversas unidades montañosas que rodean a la región. La vertiente castellana siempre inferior a la vertiente externa, ya que la meseta norte es muy elevada (800 metros de altitud media) y a que el Duero y sus afluentes no ha excavado profundos valles.  Al otro lado de las cordilleras, SIL, Cares o Tiétar han erosionado valles más abruptos.

Al norte y noreste de la Cuenca, las cordilleras forman el borde de mayor envergadura: una barrera continua de alturas superiores a los 2.000 metros en el macizo galaico-portugués, a los 2.500 metros en la zona central de la Cordillera Cantábrica, y que desciende hasta el este, pero manteniendo valores superiores a los 1.500 metros.

El borde oriental está cerrado por el Sistema Ibérico que aumenta progresivamente de altitud de norte a sur, llegando a sus máximas cotas, 2.000 metros en el sector colindante con La Rioja y Aragón, para descender luego en altura hacia el sur (1.500 metros).

Por el sur la Meseta está amurallada por el Sistema Central, cordillera que presenta una continuidad  sin fisuras, y una menor energía y variedad de formas. Sus cimas alcanzan los 2.000 metros en el este, y los 2.500 en el centro y oeste. Carece de collados verdaderos, y sus puertos discurren a gran altura (1.400-1.900 m.), siendo la vertiente norte, hacia el Duero, menos escarpada que la sur.

C) dentro de la SERRANÍA de SEPÚLVEDA

Formando un espacio de transición entre el Sistema Central y las llanuras sedimentarias aparece la serranía de Sepúlveda, en la que se encuadran Maderuelo, en su extremo sur-oriental, las Hoces del Río Riaza, Moral de Hornuez, Valdevacas, Cedillo, Maluque,etc...Las Hoces del Riaza marcan la separación entre la unidad constituida por la Serrezuela de Pradales al Oeste y la Ribera del Duero, comarca que se extiende al este del curso del Riaza, ya en la provincia deBurgos..  Esta serranía está constituida por sedimentos marinos depositados durante el mesozoico (era secundaria) que alcanzan gran espesor.  Posteriores plegamientos, fracturas e intensa erosión han modelado el paisaje ondulado, quebrado o tabular que caracteriza la comarca.

Este transición a nivel geológico también se da desde el punto de vista biológico ya que aquí compiten ferozmente dos tipos de formaciones vegetales, las Cupresáceas representadas por la sabina albar y las Quercíneas, principalmente encinas y quejigos.

 

Á

reas de vegetación y poblamiento

Las condiciones geomorfológicas de la cuenca del Duero distinguen tres áreas diferentes que han influido en la vegetación, en la organización de la agricultura, y también en la población.

Los suelos de las llanuras sedimentarias –arcillosos al norte del Duero, arenosos al Sur del río, calcáreos en los páramos orientales y silicios en los páramos y llanuras dendríticas- han sido desde épocas remotas dedicados al cultivo del cereal. En todas estas amplias zonas el terrazgo se ha organizado en campos abiertos y en mosaico, alternando las parcelas de cultivo y barbecho, permitiendo el aprovechamiento de los rastrojos por el ganado ovino.  En Maderuelo encontramos páramos al este y cierta transición en la frontera noroccidental desde la serranía hacia la llanura caliza-arcillosa formada por el Riaza, el Riaguas y otros afluentes menores, al sur de Maderuelo.

El trigo, base de la dieta humana hasta el siglo XX, era el cultivo dominante, ocupando las mejores tierras, mientras que la cebada, avena y centeno colonizaban las parcelas no aptas para aquel. El viñedo que tuvo una gran importancia desde la expansión del Cristianismo hasta el siglo XIX, se ha convertido en la actualidad en un cultivo residual en Castilla, desapareciendo totalmente de Maderuelo y recientemente, gran parte del trigo, en favor de cebada y girasol.

Dentro de las campiñas se diferencias diversas zonas:

  • Las campiñas arcillosas de Tierra de Campos fueron desde antiguo el granero de la región. Este área ya fue desforestada casi completamente desde época prerromana. Al ser muy apta para el cereal, la convirtió en uno de los sectores más densamente poblados, tanto en el Medievo como en la Edad Contemporánea.  La presión humana redujo la vegetación natural, el encinar, a pequeñas manchas puntuales.

  • La campiña arenosa, al sur del Duero, es también apta para el cereal pero menos productiva y también menos poblada. El pinar ocupa extensas manchas donde los arenales impiden los cultivos.  La explotación del pinar –miera y madera- favoreció que se iniciara tempranamente la repoblación, ya desde finales del siglo XV.

  • Los páramos calcáreos y silicios son menos aptos para el cultivo y los fondos poco profundos dificultan el arado. Allí los montes de encinas, sabinas, quejigos (en páramos calcáreos) y rebollos (en páramos silíceos) han sido relativamente protegidos por ser propiedad de concejos, merindades o villas, y su tala ha estado regulado por las suertes. Este es el caso de Maderuelo, cabeza de una de las excasas comunidades de villa y tierra que aun conservan algunos terrenos de uso común.  Gracias tambien a la protección de los recursos comunes, se conserva el extraordinario sabinar de Hornuez, que hasta la enajenación en el siglo XIX de Moral de Hornuez formó parte del común de la Tierra de Maderuelo.

Los suelos silícicos de las penillanuras, con escasa capacidad de retención de la humedad, y frecuentemente esqueléticos, son poco aptos para el cultivo. La deforestación, producto del pastoreo y las roturaciones, transformaron extensos sectores en yermos y eriales, que marcan profundamente su paisaje, quedando poblados de matorral.  En los mejores suelos pueden darse dehesas.

La pobreza del suelo, solo apto para el pastoreo y aprovechamiento forestal de los encinares, reduce el cultivo a los entornos de los pueblos y los fondos de valle.  Las parcelas se organizan en “cortinas” o colonizan con bancales las fuertes pendientes de las laderas. Agricultura de policultivo orientada al autoconsumo que nunca fue capaz de mantener altas densidades de población.  Mientras que la agricultura solía ser de uso privado, los bosques y la cabaña solían ser aprovechados colectivamente.

En Maderuelo no se da esta formación.

El cinturón montañoso que rodea y encierra la Cuenca, ofrece gran variedad de relieves, suelos, paisajes y de flora. Desde un punto de vista de los suelos se distinguen dos clases: el suelo de rocas estériles, no apto para la flora desarrollada. Representa casi un tercio del ámbito montañoso.

Y los suelos sueltos, profundos y permeables que en laderas y valles soportan altas densidades de bosque, matorral o prado. Sin embargo, estos suelos son poco aptos para la agricultura por su fuerte pendiente y excesiva acidez, además hay que considerar que pocos cultivos resisten tanto frío.

Así, la montaña conserva mejor sus espacios naturales, aunque el hombre ha substituido ciertas especies y sobreexplotado otras.  En Maderuelo, la serranía pierde altura y apenas se eleva sobre el llano.  Pero por su altura y los afloramientos de roca madre, dificultades de acceso, etc, comparte las características citadas para las montañas.

La vegetación, en unas cadenas montañosas tan amplias, es muy diversa. Se da la convivencia de especies y asociaciones xerófilas mediterráneas (encinas, sabinas, quejigo) con otras de carácter atlántico (hayedo) y de transición entre ambos dominios (roble y rebollo). Sin embargo, es el pinar de la masa forestal más abundante y progresiva en la montaña castellana y leonesa, como producto de las repoblaciones masivas realizadas en época actual.