Época Romana: La calzada de Roa a Tiermes

 

 

Obras en la calzada a Roa a su paso por Pradales

os datos...
 
Un mapa de calzadas del siglo II
¿Cómo era una calzada?

 

 en la comarca de Maderuelo ...

¿Calzada por Maderuelo?
El Miliario de Pradales 
 

 

 

 

Un mapa de calzadas del siglo II

El itinerarium antoninum (un texto latino que sería una especie de mapa de calzadas de mediados del siglo II que se ha conservado) nos habla de una calzada que partiría de Emerita Augusta (Mérida) llegaría a Béjar, y luego seguiría aproximadamente lo que es actualmente la Cañada Soriana Occidental pasando por el campamento romano de Ávila, Secovia (Segovia), se desviaría hacia Duratón, cerca de Sepúlveda, donde se descubrió en el 2001 la importante ciudad perdida de Confluentia.  

En Confluentia,  seguramente se bifurcaría.  Un ramal descendería al valle del Duero, hacia Rauda (Roa) cruzando la serrezuela de Pradales, junto a lo que hoy se conoce como el Miliario.

  El otro ramal pasaría por las inmediaciones de Maderuelo llegando hasta Termancia (Tiermes), donde enlazaba con otra calzada principal que unía Segontia (Sigüenza) y Uxama (Osma).   

Sigüenza estaba en la calzada Mérida-Zaragoza (Caesar Augusta)-Tarragona (Tarraco) que era uno de los ejes viarios hispanos (el otro era la Vía Augusta que seguía la costa mediterránea hasta Cádiz y Huelva).

 


 


¿Cómo era una calzada?

Las calzadas romanas eran caminos de 5-6 metros de ancho (contando la cuneta).   Se dice que las vías principales debían permitir que dos legiones en orden de marcha se cruzaran en sentido opuesto. 

Su construcción consistía en una zanja de aproximadamente un metro de profundidad –donde fuera necesario- para hacer unos cimientos de piedras grandes (statumen). Sobre ellos se colocaba una capa de cascajo (rudus), otra de grava fina (nucleus).  En las zonas de mayor tráfico, como las cercanías a las ciudades grandes, se añadía un empedrado de piedras anchas y planas (summa crusta).  Cada pocos metros, se dejaba un drenaje.

Su excelente  construcción ha hecho  muchas de ellas aún sigan en uso actualmente (aunque han perdido la capa superficial). Muchos caminos y no pocas carreteras siguen el trazado de las calzadas romanas.

Las calzadas eran tan rectas como fuera posible.  No se desviaban si encontraban una colina, la remontaban.  Solamente ante altas montañas desviaban su trayectoria, faldeándolas.   Generalmente marcaban un punto en el horizonte que servía de referencia.  

Las calzadas fueron construidas por civiles y, sobre todo, soldados, empleando esclavos para las tareas más pesadas.

     


     


 

Maderuelo y su comarca 

¿Por dónde pasaba la calzada de Tiermes a Roa? 

Creemos muy probable que la calzada a Tiermes atravesara las tierras de Maderuelo y proponemos dos posibles trayectos:

  • Que el puente viejo sirviera para salvar las aguas del río Riaza y la calzada siguiera por el actual camino que sube al Páramo (lo rectilíneo de dicho camino y su discurrir por una zona elevada se corresponde con el modo de hacer calzadas de los romanos).  Después seguiría junto a Santa Coloma junto al curso del arroyo Moralejos

  • Que la calzada pasara por el paraje conocido como Villamayor y cruzase el río por el vadeadero de Ayllón (junto a Villarre) o algún puente que se ha perdido.

La calzada que hemos mencionado en el párrafo anterior no era de las más importantes en la Hispania romana. Sería más bien una calzada de nivel secundario (probablemente algo peor construida y conservada) que enlazaría con otras principales. 


     


El Miliario de Pradales

Los miliarios eran mojones que servían para medir las distancias entre ciudades.  Eran grandes cilindros de piedra de más de un metro de alto, que indicaban la distancia a la ciudad más próxima  y el nombre del emperador que había ordenado su colocación.

En Pradales, existe un paraje llamado el Miliario, justo en el paso más accesible de la Serrezuela de Sepúlveda.   Como ya dijimos, por aquí debía cruzar la calzada de Confluentia a Rauda

Justamente, por aquí pasa la actual N-1, otro ejemplo más de como el progreso entierra la historia.  A ver si hay suerte y , entre todos, encontramos la piedra y nuestro pasado.