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La Época Visigoda: Revueltas del siglo VII
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El asesinato de Liuva II Tras el reinado de Recaredo, muerto por causas naturales, en 601, se abrió en el reino un periodo de gran inestabilidad política. El rey murió sin un heredero natural, por lo que el trono recayó en Liuva II, un adolescente, hijo bastardo de Recaredo. El nuevo monarca no tenía apenas apoyo de la aristocracia, que prefería volver al viejo sistema de elección del rey, en vez del establecimiento de una dinastía real. El dux de Mérida, Witerico, cabeza de una importante facción nobiliaria dió un golpe de estado en 603. Asesinó al joven rey y se proclamó nuevo monarca con el apoyo de gran parte de la nobleza visigoda.
Witerico asesinado en Toledo Para asentarse en el poder, Witerico inició una serie de campañas contra las posesiones bizantinas del Mediterráneo. Igualmente, el rey cedió a las tentaciones de crear una monarquía hereditaria en su persona, para lo que intentó reforzar con leyes el poder real y reducir el papel de la aristocracia. Esto creó un gran descontento entre las clases nobiliarias que empezaron a conspirar contra el rey. Witerico murió asesinado en 610 por una conjura de su propia facción nobiliaria durante un banquete que celebraba en Toledo con miembros de la nobleza. Gundemaro, un rey breve Allí mismo los conjurados eligieron entre ellos al nuevo rey, un noble llamado Gundemaro.
No tuvo tiempo para mucho más, pues murió en 612 (debió ser coronado a una edad muy avanzada).
Sisebuto, el amigo de San Isidoro La nobleza eligió como nuevo rey a Sisebuto. Fue “el más culto, piadoso y sensible de todos los monarcas visigodos”, a decir de las crónicas. Mantuvo una excelente relación de amistad y colaboración con el obispo de Sevilla Isidoro (posteriormente santificado). Tal influencia hizo que Sisebuto se considerara una especie de rey-pastor de su pueblo que debía velar por el bien moral y reprimir el pecado. Aprovechando las dificultades internas del Imperio Bizantino reconquistó en 615 la actual provincia de Málaga y gran parte de la zona levantina (solamente quedan como reductos bizantinos Cartagena, Ceuta y las Islas Baleares). Intentó asociar al trono a su hijo Recaredo II, lo que le llevó al enfrentamiento con la nobleza. San Isidoro nos relata su muerte por envenenamiento en 621, así como la de su hijo unos días más tarde.
Suintila, nuevo pulso a la nobleza El dux (duque) de la Bética (Suintila) es el nuevo rey. Casi su primer acto de gobierno fue organizar una expedición a tierras vasconas para detener sus peligrosas incursiones en el alto Ebro y Valle del Duero (zona de Aranda de Duero y S. Esteban de Gormaz). La expedición debió ser un éxito, ya que los vascones se sometieron (mediante pago de impuestos, entrega de rehenes y el establecimiento en Oligicus –actual Olite- de una plaza fuerte visigoda). Entre 623 y 625 acabó con la presencia bizantina en la Península (mediante la toma y destrucción de la ciudad de Cartagena). Todos estos éxitos animaron a Suintila a intentar crear una dinastía (como ya hicieron otros reyes anteriores) asociando al trono a su hijo Ricimiro. Como era de esperar, la nobleza se opuso frontalmente. Incluso la Iglesia se enfrentó al monarca. La situación se deterioró de tal manera que en 630 se produce una gran sublevación nobiliaria al mando del duque de Septimania (Sureste de Francia), Sisenando. Éste tuvo incluso el apoyo del reino franco (un gran ejército franco fue la fuerza de choque de Sisenando). En marzo de 631, Suintila, sin apenas apoyo, debe rendirse a Sisenando, que se hace coronar rey.
Sisenando, concesiones al clero y la nobleza El nuevo monarca debe encarar una revuelta en el Sur de la Península de los seguidores de Suintila. Las enormes dificultades que tuvo Sisenando para aplacar la revuelta se reflejaron en el IV Concilio de Toledo (celebrado en 633) donde el rey tuvo que ceder en muchas de las pretensiones de la Iglesia y la nobleza, a saber: se legisla que, a la muerte del soberano reinante, los obispos y la nobleza deberán elegir al sucesor (el rey no puede nombrar heredero); el monarca no podrá castigar a ningún miembro de la nobleza sin el consentimiento conjunto de todos los grandes nobles; los reyes que gobiernen con despotismo serán apartados de la Iglesia y sus súbditos serán liberados de la obediencia debida. En este IV Concilio se reglamentaron también los derechos de los obispos sobre el clero y patronos de las iglesias rurales de sus diócesis; se decretó la inmunidad fiscal de todas las posesiones del clero y la dependencia perpetua de los esclavos que estuviesen adscritos a la iglesia. La Monarquía salió enormemente debilitada de este concilio, en favor de la nobleza y alto clero. En 636 muere Sisenando.
Quintila, débil y breve El elegido es Quintila que estuvo siempre en una débil posición debido a la propia fragilidad de la institución monárquica y a las perennes luchas internas entre los miembros de la alta aristocracia. En 640 muere Quintila y hereda el trono su hijo Tulga (en ese momento un niño). La situación no es del agrado de la nobleza, que se rebela, depone al niño-rey (que es recluido en un monasterio).
Chindasvinto, el anciano rebelde Eligen nuevo rey en la persona del anciano duque Chindasvinto, en 642 (en el momento de la coronación cuenta con 79 años y un larguísimo historial de rebeliones antimonarquía ya que estuvo implicado en todas las revueltas de los últimos 30 años). Su ascenso al trono es el feliz resultado (para él) de su última revuelta. La nobleza confiaba en que la avanzada edad del Chindasvinto serviría para tener en el trono a un hombre débil. Pero esto significó desconocer el carácter del nuevo rey. Aprovechó la situación para iniciar una purga entre la alta nobleza. Las crónicas nos hablan del ajusticiamiento de 200 primates (miembros de la alta nobleza) y más de 500 mediogres (nobles de menor rango). Otros muchos debieron huir fuera del reino y también hubo nobles que se recluyeron en monasterios para evitar su ajusticiamiento. Chindasvinto confiscó todos los bienes de los nobles purgados y los repartió entre los miembros de la nobleza que le eran fieles. Con ello creó un estamento nobiliario que le sería enormemente fiel en los sucesivo. Igualmente, Chindasvinto se quedó con buena parte de las posesiones confiscadas. En 649 asoció al trono a su hijo Recesvinto, en contra de lo establecido en el IV Concilio de Toledo (donde se prohibía que el rey designase heredero). El carácter formidable del anciano monarca se impone sobre una nobleza que en el fondo le debe a Chindasvinto su situación. En 653, a la edad de 90 años, muere Chindasvinto.
Recesvinto y el Libro de los Jueces Recesvinto es el heredero, pero la situación no es fácil para él, que inmediatamente debe encarar una rebelión en el valle del Ebro. Ante su incapacidad para sofocarla, Recesvinto debe pedir ayuda a la nobleza. Los aristócratas, a cambio, exigen al rey el perdón de parte de la nobleza superviviente depurada por su padre, devolviéndoles las posesiones que hubieran pasado a patrimonio real. Igualmente, Recesvinto tuvo que reconocer de nuevo que la proclamación de un nuevo rey deberá hacerse mediante elección entre nobles y obispos. De nuevo, el pulso entre nobleza y monarquía se inclina del lado nobiliario.
Hay en él leyes antiquae procedentes en su mayoría del reinado de Leovigildo, algunas de Recaredo y Sisebuto, y una gran mayoría de leyes nuevas de los reinados de Chindasvinto y Recesvinto. En este libro se regulan una gran cantidad de aspectos de la vida cotidiana. Más adelante volveremos a mencionar el Liber. Recesvinto muere en 672. Su muerte se puede considerar el inicio de la decadencia del reino visigodo.
Y mientras ... ¿qué pasaba en Maderuelo? Estamos recopilando nuevos datos... Buscamos crónicas de guerras sostenidas en los alrededores, asentamientos de campesinos, nombres de aristócratas locales y demás...¿Tendrás paciencia para esperar?
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