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La Época Visigoda: Origen de los Godos
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Origen de los pueblos godos El pueblo godo se encontraba asentado a principios del siglo I en la costa báltica (Norte de Polonia). Parece ser que a principios del siglo II hubo unos cambios climáticos que obligaron al pueblo godo a emprender una masiva emigración desde el Báltico a Rusia meridional. Este movimiento obligó a otros pueblos asentados en la ruta de emigración goda a moverse a su vez hacia Occidente (fue el origen de las primeras invasiones bárbaras en el Imperio Romano de las que ya hemos hablado). Los godos son una gran
confederación de tribus afines (étnica y lingüísticamente) agrupada en
torno a un caudillo guerrero que se impone sobre todos gracias a su
personalidad carismática. Los intentos de los godos por traspasar la
frontera del imperio para dedicarse al saqueo chocaron siempre con una férrea
defensa romana. Esto ocasionó una gran fractura en el pueblo godo, ya que
durante mucho tiempo no hubo ningún caudillo que lograra imponerse sobre
toda la nación gótica. De hecho los godos se separaron en dos grandes
grupos: Godos orientales (en la actual Ucrania) u ostrogodos y Godos
occidentales (cerca del Danubio) o visigodos.
Éxodo de los Visigodos hacia los Balcanes La cercanía de los visigodos al Imperio Romano facilitó que fueran
culturizados por los romanos (incluso abrazaron el cristianismo arriano
–una versión herética cristiana) y muchos visigodos pasaran a formar
parte de las tropas romanas que defendían la frontera. El contacto con la
cultura romana igualmente facilitó la cohesión y diferenciación de la
personalidad del pueblo visigodo con respecto a otros pueblos vecinos. La irrupción de los hunos (pueblo procedente de Siberia occidental) derrotando a la confederación de pueblos ostrogodos en el 375 obligó a nuevos y masivos movimientos de población. Los restos del pueblo ostrogodo (que no se quiso asimilar a los hunos) emigraron hacia occidente. Muchos se unieron a los visigodos (por afinidad cultural, lingüística y étnica). Ante el peligro húnico, los visigodos pidieron permiso al emperador romano Valente para cruzar la frontera danubiana y establecerse dentro del imperio. El emperador, imprudentemente, negó tal permiso y amenazó a los visigodos con exterminarlos si cruzaban la frontera. Éstos, ante la perspectiva de enfrentarse a los hunos o a los romanos, eligieron cruzar el Danubio. Los visigodos atravesaron el río Danubio y penetraron en Tracia (actual Bulgaria). Allí salió a su encuentro el emperador Valente, con un gran ejército romano (70.000 romanos contra unos 20.000 visigodos). En 378, en la gran batalla de Adrianópolis, los visigodos vencieron a Valente, que murió en el combate. Con esta victoria, los visigodos se asentaron en los Balcanes, donde vivieron de los saqueos que cometían mientras que Roma quedó muy debilitada militarmente. En
este contexto histórico ascendió al trono el segoviano Teodosio, que
consiguió reconducir, en parte, la delicada situación del Imperio
Romano. En 381 firmó un pacto con Alarico, rey visigodo que consiguió
imponerse al resto de la oligarquía goda, en el que, a cambio de
integrarse el ejército visigodo en el sistema defensivo romano, Teodosio
les permitió ocupar “legalmente” las tierras que ya ocupaban. Además,
el emperador se comprometía a pagar a los visigodos una cantidad de
dinero y de alimentos para su sustento. Este pacto se mostró muy frágil,
ya que los visigodos se rebelaron varias veces por retrasos en los pagos
prometidos.
Migración hacia Hispania En el
395, el nuevo emperador del Imperio de Oriente,
Arcadio, dejó de
pagar a los visigodos y les convenció (mediante la presión militar) de
que emigraran hacia Occidente. Alarico movilizó a su pueblo y penetró en
la Península Italiana aprovechando la extrema debilidad del Imperio
Romano de Occidente. En el 410 Alarico avanzó hacia Roma, tomó la
capital y la saqueó. Incluso siguió avanzando hacia el Sur de Italia
planeando cruzar el Mediterráneo para establecerse en el Norte de África.
Para entonces, Alarico contaba con un ejército de unos 100.000 hombres,
al que seguían sus familias. No todos eran visigodos. De hecho, la mayoría
tenía origen no godo ya que había un gran número de germanos de otras
tribus, hunos, incluso esclavos liberados. La muerte de Alarico, a finales del 410, llevó al trono a su cuñado
Ataulfo que fue elegido rey por ser el lugarteniente de Alarico (éste
murió sin descendencia apta para el trono). Ataulfo quiso conseguir un
territorio para su reino, una patria para su pueblo. De ahí los planes de
cruzar el Mediterráneo (operación que no se llevó a cabo por la
ausencia de embarcaciones suficientes y el escaso conocimiento de la
navegación de un pueblo eminentemente nómada terrestre) e intentar
establecerse en el norte de África. Una rebelión de un pretendiente romano al trono del Imperio hizo que el emperador de Occidente, Honorio llegara a un acuerdo con Ataulfo para que el visigodo luchase contra los rebeldes a cambio de tierras en el Sur de Francia y Nordeste de España. Ataulfo puso de nuevo en movimiento a su pueblo, combatió y derrotó al pretendiente romano, y se instaló en las tierras que Honorio les había prometido. Ataulfo murió en Barcino (Barcelona), en 415, asesinado por una facción goda contraria (hay que recordar que el pueblo visigodo está estructurado en una serie de clanes y tribus, y el clan de Alarico –los Baltos- no era si no uno más entre muchos que rivalizaban continuamente). |
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