Edad Media:  La conquista árabe en el s.VIII

 

nvasión árabe y caída goda
   
  Witiza, peste y hambruna
  Rodrigo frente  la invasión
  La invasión árabe
  Conquista de la península
  El botín de los vencedores
  La sumisión de los hispanogodos
   
   
demás...
 

¿Qué pasaba en Maderuelo?

   
 

Infante omeya

 

 

 

itiza, peste y hambruna

En 702, Witiza  sucede a su padre Egica y debe plegarse a los deseos de las facciones nobiliarias. Witiza rehabilitó y devolvió sus propiedades a muchos de los nobles purgados por su padre. Además, debió entregar muchas posesiones de nobles muertos que habían pasado al patrimonio real a las familias nobiliarias.

El reinado de Witiza está marcado también por la deterioradísima situación social. El país está infectado de bandas de esclavos y siervos fugados que practican el bandolerismo. Los judíos se encuentran en una pésima situación y desean un cambio. La amenaza musulmana es más que real. En medio de este panorama, muere el rey en 710.


 


 

odrigo frente la invasión

 La nobleza se divide en dos facciones: los nobles de la Bética y la parte occidental del reino apoyan al duque de la Bética D. Rodrigo (que goza de una fama de gran guerrero y parece el adecuado para encarar el peligro musulmán); por otra parte, los nobles de Levante, Tarraconense y Septimania prefieren a Oppas (hijo de Egica y hermano de Witiza).

Hay un conato de guerra civil (así lo atestiguaría el periodo de interregno de varios meses hasta la coronación de D. Rodrigo) tras el cual D. Rodrigo parece controlar la situación, aunque muy precariamente.

Esta inestabilidad es aprovechada por el Emir (gobernador) de N. de África, Musa Ibn Nusayr (el moro Muza de las canciones populares) para enviar a su lugarteniente Tarik con un ejército a hacer una tentativa en el Sur de la Península. Tarik desembarca en el campo de Gibraltar y hace incursiones por la zona en la primavera de 711.  Rodrigo en ese momento se encuentra en Pamplona luchando contra las tribus vasconas y debe correr con su ejército (formado por la nobleza y sus clientelas militares) a enfrentarse a los musulmanes. En julio de 711, en la batalla del Guadalete (aunque se discute el lugar exacto donde se desarrolló la lucha, debió ser en algún lugar del Sur de la actual provincia de Cádiz) se encuentran ambos ejércitos. En medio de la batalla se produjo la deserción de parte de la nobleza goda (justamente los partidarios de Oppas) que decidió el resultado del combate. Rodrigo falleció, junto a la mayoría de la alta nobleza visigoda, en combate. Muchos de los nobles que abandonaron al rey también encontraron la muerte, pues los musulmanes no distinguieron entre leales a Rodrigo y enemigos.

La estructura del ejército visigodo (formado por nobles que aportan sus propias tropas) impidió que, tras la batalla, los visigodos pudieran reorganizarse para plantar cara a los musulmanes. Para rematar la situación, los restos del ejército visigodo vencido y en retirada fueron derrotados y aniquilados en las cercanías de Écija.


 


 

a invasión musulmana

 En 705 Musa Ibn Nusayr ha sido nombrado gobernador de Yfriqiya (Norte de África). Era un militar ambicioso y emprendedor, con grandes dotes estratégicas y supo rodearse de excelentes colaboradores. Se impuso completar la conquista de Marruecos, iniciada por sus antecesores. Tomó Tánger, pero no pudo hacer lo mismo con Ceuta (ciudad que era aún un presidio del imperio bizantino). El gobernador de Ceuta, Ulban o Ulyan en las crónicas árabes (Julián en las crónicas cristianas), propuso a Musa que, en vez de asediar y tomar Ceuta, cruzara el estrecho y ocupara la Península Ibérica. Es más, Ulban le proporcionaría los barcos necesarios para el trasvase de tropas y convenció a Musa que no encontraría gran resistencia por parte de los visigodos.

Musa envió, con barcos ceutíes, un grupo no muy numeroso a realizar una incursión en la bahía de Algeciras (hacia octubre o noviembre de 709). La finalidad de esta incursión era tantear al enemigo. La incursión fue un rotundo éxito ya que a finales de ese año volvió a Ifriqiya la expedición con gran cantidad de botín y prisioneros. Al verano siguiente, Musa Ibn Nusayr envió a uno de sus oficiales, Tarif Ibn Malluk, con 400 hombres a una nueva incursión. Tarif desembarcó en el extremo sur de la Península, en un lugar que llevará en adelante su nombre (Tarifa). Desde allí, recorrió todo el litoral del estrecho tomando prisioneros y botín. El nuevo éxito de esta expedición, y la poca resistencia encontrada convencieron a Musa que la invasión era factible.

En 711, Musa organizó un ejército al mando de su hombre de confianza, Tariq Ibn Ziyad, gobernador de Tánger. Con la ayuda de los barcos de Ulban (Julián, gobernador de Ceuta), Tariq cruzó el estrecho junto a unos 7.000 hombres (la mayoría bereberes) en abril o mayo de 711. Desembarcó en un enorme espolón rocoso de la costa, al que llamó Chabal Tariq -la roca de Tariq- (actual Gibraltar). Desde allí tomó Algeciras, ciudad que contaba un un buen puerto, que le serviría de base para recibir refuerzos y, si las cosas no iban bien, como punto de evacuación. Asentado en Algeciras, pidió refuerzos a Musa, que le envió otros 5.000 hombres.

Con este ejército decidió, cautelosamente, esperar la llegada del ejército de  Rodrigo que viene a marchas forzadas desde el Norte de la Península. El 19 de julio, según las crónicas musulmanas tuvo lugar la batalla en las cercanías de la actual Laguna de la Janda (Cádiz). Ya hemos hablado de la batalla y de que ésta se resolvió favorablemente a los musulmanes por la deserción de las dos alas del ejército visigodo.


 


onquista de la península

 Tariq supo explotar su éxito. En vez de esperar instrucciones de Musa, decidió perseguir los restos del derrotado ejército visigodo, que intentó resistir en Écija. Aniquilada la resistencia goda, Tariq decide dirigirse directamente hacia Toledo, dejando a alguno de sus lugartenientes la tarea de tomar las ciudades de la Bética. Cuando el musulmán llegó a la vista de Toledo (noviembre de 711), la urbe metropolitana visigoda se encuentra semivacía. Los nobles que no han muerto en batalla han huido con gran parte de la población hacia el norte de la Península. El mismo obispo metropolitano Sineredo ha huido hacia Roma. En Toledo Tariq decide invernar. En la primavera de 712, vuelve a poner en marcha su ejército, cruza el puerto de Somosierra y llega hasta el Norte de la provincia de Burgos (la Peña de Amaya). Apenas ha encontrado resistencia en su camino y está en las estribaciones del Sistema Cantábrico. Decidió no ir más allá.

Mientras tanto, hasta Musa Ibn Nusayr han llegado las noticias de los éxitos de Tariq Ibn Ziyad. El gobernador de Ifriqiya está muy celoso de su lugarteniente y decide reunir un ejército de unos 18.000 hombres (casi todos árabes). En junio de 712 Musa llega a Algeciras. Desde allí se dedica a tomar las plazas fuertes de Medina-Sidonia, Carmona y Alcalá de Guadaira que aún están en manos visigodas (la resistencia es debida al impulso de jefes locales, sin coordinación con otras ciudades). Sevilla cae fácilmente en el verano de 712 debido a que la guarnición visigoda ha evacuado la ciudad. Musa sigue al Norte y asedia Mérida (reforzada con parte de los huidos de Sevilla). En este asedio, que le tuvo ocupado todo el invierno de 712-13, Musa hace construir máquinas de asedio, entre ellas varios almajaneques (máquinas nunca vistas hasta ese momento en Occidente) para batir las defensas de la ciudad.

Una vez conquistada Mérida, Musa se encamina hacia Toledo. Tariq decide salir a su encuentro, que se produce en Talavera. Tariq espera que su jefe le llene de parabienes y regalos por los servicios prestados. En cambio, Musa reprocha duramente a su subordinado el que haya tomado decisiones por su cuenta. Incluso, según algunas crónicas, Musa azotó con su fusta a Tariq.

Musa Ibn Nusayr pasa el invierno de 713-14 en Toledo, donde ordena la acuñación de moneda (este gesto es un símbolo de poder). En la campaña de 714 asedia y toma Zaragoza. Allí recibe un emisario del Califa de Damasco que le reclama a su lado para que de cuenta de las conquistas realizadas. Antes de abandonar la Península, Musa toma la ruta del puerto de Piqueras, recorre la actual provincia de Soria y marcha sobre Astúrica (Astorga) donde el Comes visigodo de Cantabria intenta reunir lo poco que queda del ejército visigodo. Musa derrota fácilmente al visigodo y cruza la Cordillera Cantábrica en una rápida incursión sobre Gijón y Oviedo (donde deja unas guarniciones musulmanas). En septiembre de 714, Musa y Tariq abandonan la Península para dirigirse a Damasco. No volverán nunca a la Península Ibérica, ya que morirán en Damasco víctimas de intrigas palaciegas de la Corte del Califa.


 


otín de los vencedores   

 El primer gobernador de Al Andalus (como los musulmanes designan a la Península Ibérica) es un hijo de Musa Ibn Nusayr llamado Abd Al-Aziz. Con él puede darse por terminada la conquista de la Península, ya que las zonas que no han sido ocupadas militarmente ofrecen su sumisión al gobernador. Muchas oligarquías locales aceptan la autoridad musulmana a cambio de mantener ciertos privilegios en sus tierras. El grueso de la población hispanogoda acepta con indiferencia el cambio de poder. Pese a todo, la situación en Al Andalus no es nada tranquila. Las luchas entre los diferentes clanes árabes (clase dirigente) hace que los gobernadores se sucedan rápidamente unos a otros debido a que son asesinados y sustituidos por otro gobernador afín al clan predominante en cada momento.

Además, el reparto de tierras entre los vencedores no es nada ecuánime. Los clanes árabes se reservan las tierras más fértiles del Levante y valle del Guadalquivir, mientras que los bereberes que han participado en la invasión obtienen los eriales de ambas mesetas y estribaciones de los sistemas montañosos. Pese a la cultura ganadera y transhumante propia de los bereberes, este reparto dejó insatisfechos a este grupo de población. Coincidiendo con años de malas cosechas o sequías, hubo revueltas bereberes en la Península que acentuaron la inestabilidad musulmana en estos primeros años de ocupación.


 


umisión de los hispanogodos

 La población autóctona aceptó pronto la cultura árabe. Realmente, poco cambió su situación salvo la obligación de pagar un impuesto por seguir practicando el cristianismo. Inmediatamente empezaron a producirse matrimonios mixtos. Se puede hablar de una continuidad cultural. Aunque el árabe pasa a ser la lengua oficial, tanto el latín como la lengua romance (no es más que un latín conversacional, con unas normas gramaticales muy relajadas) se hablan con asiduidad. Los cristianos pueden desempeñar cargos en la nueva administración. Los sacerdotes y monjes pueden circular libremente aunque no se permite el culto cristiano en lugares públicos (procesiones). Tampoco se permite llamar a los fieles mediante el toque de campanas. Pese a todo, muchas iglesias permanecieron, aunque las más importantes de cada ciudad pasaron a convertirse en mezquitas. De todos modos, los usos y costumbres árabes calaron pronto entre la población. La palabra mozárabe (musta’rib) –que designa a los cristianos en tierra musulmana- significa “el que quiere hacerse árabe”. Incluso la Biblia y los cánones de la Iglesia se tradujeron en época muy temprana al árabe.


 


mientras ... ¿qué pasaba en Maderuelo?

Tras la toma de Toledo, Tariq Ibn Ziyad decide, en pleno invierno (ya que salió de Toledo el 11 de noviembre de 711) cruzar el Sistema Central por lo que las crónicas musulmanas llamaron el "desfiladero de Tariq" (identificado como el puerto de Somosierra, por el nombre romano de Bulturiacus o Bulturik -el actual pueblo de Buitrago- que pudo haber confundido a los cronistas musulmanes por la similitud con el nombre de Tariq). Sigue la calzada que enlaza Segovia con Clunia, pasando por Maderuelo. No debió encontrar gran resistencia, ya que la población rural vería con indiferencia su cabalgada (su situación socioeconómica no quedaría muy afectada con el cambio de poder). Es más, las ventajas que suponía convertirse al Islam (pagar menos impuestos, básicamente), hizo que muchos pobladores de la zona optaran por la religión de Mahoma.