Edad Media: El Reino de Castilla en el siglo XII

 

 

ancho III, León libre de Castilla

(1155 -1158)

   
  Supremacía de Castilla sobre León
  Nacimiento de la Orden de Calatrava
   
   
   
   
   
 

peón cristiano del s. XII

 

 

 

 

upremacía de Castilla sobre León 

Al acceder al trono, ya ha nacido su hijo, el futuro Alfonso VIII (11 de noviembre de 1155). Sancho III no parece que tuviera intención de reunificar el reino a la fuerza (como hiciera Sancho II) casi un siglo antes. Su hermano Fernando II de León, al morir Alfonso VII de regreso de Almería, decide, con los nobles leoneses, abandonar la hueste regia y dirigirse inmediatamente hacia León, donde se instala en el trono confirmando cargos y privilegios de la alta nobleza.

En noviembre de 1157 encontramos a Sancho entre Segovia y Soria, donde recibe el vasallaje del rey Sancho VI de Navarra. En febrero de 1158 recibe en Nájima (lugar cercano a Osma) también el homenaje de Alfonso (heredero del trono de Aragón).

En la primavera de 1158, Sancho III marcha hacia la frontera con León. Incluso llega a entrar con su ejército en territorio de su hermano Fernando II. Éste se aviene a negociar. Se fija la frontera entre los dos reinos (en la línea que marcó su padre) y se comprometen a ayudarse mutuamente contra posibles ataques de navarros o portugueses. Igualmente, el sur peninsular se reparte de cara a una futura Reconquista: la actual Extremadura, Sur de Portugal y Baja Andalucía, hasta Sevilla para los leoneses; el resto de la Península, para Castilla.

La muerte de Sancho III el 31 de agosto de 1158 deja todos estos acuerdos en papel mojado. El teórico heredero es un niño que aún no tiene tres años (Alfonso) por lo que Fernando II de León intenta hacer valer su condición de único Rex Hispaniae adulto sucesor del Emperador Alfonso VII.

 

 


l nacimiento de la Orden de Calatrava

Mientras, Sancho III debe encarar los problemas que la Orden del Temple ha suscitado en la frontera sur. En 1147, Alfonso VII había donado la fortaleza de Calatrava a los Templarios. Hay que tener en cuenta que por ella pasan todas las rutas comerciales entre Toledo y Al-Andalus: Todas las caravanas comerciales deben pagar portazgo en esta fortaleza, lo que la convierte en un centro económico importante. La posibilidad de obtener grandes rentas hizo que los templarios integrasen Calatrava en sus dominios. Además, aparentemente, la frontera con el Islam se está desplazando hacia el sur y no parecía, en 1147, un lugar especialmente expuesto.

El creciente poderío almohade, a la muerte de Alfonso VII, dejo ver a las claras que los templarios no tenían ni voluntad, ni medios humanos, para mantener la fortaleza. A pesar de la pérdida de unas buenas rentas, los templarios volvieron a entregar Calatrava al rey de Castilla. La situación se torna grave. Un puesto de vital importancia en el despliegue fronterizo castellano queda desguarnecido.

En esta situación, el abad Raimundo del monasterio de Fitero pide al monarca que le entregue la plaza para defenderla (“demandóla et toviéronlo a locura porque eran monjes”, según el relato de Jiménez de Rada). El rey, pese a ello, otorgó a Raimundo y sus seguidores la fortaleza y su señorío (en enero de 1158, estando el rey en Almazán). En esta donación va implícita una fundación: la de la Orden Militar de Calatrava, fundada en la orden del Císter. Don Raimundo, y su más fiel seguidor, Diego Velásquez, con la ayuda del arzobispo de Toledo, consiguen hombres y medios para proveer la defensa de Calatrava. Muchos de estos hombres toman el hábito de la Orden y D. Diego es nombrado alcaide de la fortaleza. Este es el origen de la Orden de Calatrava, que tendrá en el futuro una importancia capital en el desarrollo de la Reconquista.