Edad Media: El Condado de Castilla a comienos del siglo XI

 

ancho García, el de los buenos fueros
   
 

Tributos a cambio de paz con Almanzor

 

Apoyo del conde a las villas y fueros

 

Almanzor perdió su atambor

 

Fin de Almanzor 

 

El hijo de Almanzor, digno sucesor

 

Sancho, un rey sin corona

   
   
demás...
 

¿Qué pasaba en Maderuelo?

   
 

Castilla frente a Almanzor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ributos a cambio de paz 

 El nuevo conde es Sancho García, que se había rebelado contra su padre,  García Fernández.

Castilla está exhausta después de interminables años de guerra contra Almanzor.  Sancho decide  negociar con el caudillo amirí. Sancho reconoce las conquistas del musulmán (Osma, San Esteban, Clunia) y además, se obliga a pagar un tributo a Córdoba. Tal vez la actitud de Sancho no sea tan heroica como la de su padre, pero se mostrará a la larga muy efectiva.

 


poyo a las villas y fueros 

 Para recuperar a su exprimido condado, la tregua firmada fue muy importante. Aprovechó el tiempo para favorecer a las villas, en detrimento de la nobleza (de demostrada poca fiabilidad, como ha podido comprobar en su propia revuelta contra su padre). Ennobleció a muchos caballeros villanos (como ya había hecho su padre), extendió las libertades de los concejos, aflojó derechos fiscales, etc. 

Se le llamó “el de los buenos fueros”, ya que concedió fueros nuevos a numerosos villas como Peñafiel o (más adelante)  Sepúlveda. Este último fuero nos ha llegado algo desfigurado por añadidos posteriores, pero será el ejemplo para el cuerpo legislativo de todas las villas de la Extremadura castellana. Este será un tema del que trataremos más adelante.

 


lmanzor perdió su atambor 

En 997, Almanzor,  aprovechó la sumisión castellana para hacer su más famosa razzia.  Partiendo desde Badajoz, llegó hasta Santiago de Compostela, que ha ocupado, saqueado y arrasado. Solamente respetó el sepulcro del Apóstol Santiago y lo dejó intacto, honrando la valiente actitud de un monje que se puso delante del sepulcro para evitar su destrucción. 

En el año 1000 Almanzor vuelve a atacar Castilla desde Clunia (esta fortaleza es un espina clavada en el costado izquierdo del condado de Castilla). Pero  Sancho se siente lo suficientemente fuerte para enfrentarsele.  

En la sierra de Cervera (entre Caleruega y Silos) los dos ejércitos se encuentran en un paraje conocido como Cerro de las Águilas (en árabe Qal’at al-nusur) el día 30 de julio. La batalla es dura y supone una apuradísima victoria para Almanzor, que en varios episodios del combate ha visto peligrar seriamente su vida, ya que, por momentos, el ejército castellano ha estado a punto de quebrar las líneas musulmanas. Parece ser que la caída de la noche permitió al amirí recomponer su ejército y, al día siguiente, batir a los castellanos.  Esta batalla puede identificarse como la legendaria batalla de Calatañazor (el nombre del paraje en árabe es muy similar) “donde Almanzor perdió su atambor”.  

Lo cierto es que tal combate significó una victoria pírrica para el amirí, que debió retirarse al quedar su ejército fuertemente diezmado, aunque había quedado dueño del campo.

 


in de Almanzor 

En 1002 prepara otra expedición, “la más grande y decisiva”, a decir de los cronistas árabes.  Era un enorme despliegue de fuerzas, tal y com lo contamos en el capítulo de los ejércitos medievales

Almanzor, ya con más de 60 años (muchos de los cuales transcurridos en largas y duras cabalgadas), sigue el siguiente itinerario: Medinaceli, Osma, Clunia, Canales (entre Burgos y Logroño) y San Millán de la Cogolla (el monasterio más venerado por castellanos y navarros). 

El gran caudillo se encontraba seriamente enfermo. No nos ha llegado cuál era su dolencia, aunque parece ser que debió agravarse durante la marcha ya que ordenó la retirada. Tras una larga y fatigosa marcha en la que debió ser transportado en litera (ya que se encontraba sin fuerzas para montar a caballo), Almanzor falleció a las puertas de Medinaceli el 10 de agosto de 1002. Fue enterrado en esta ciudad envuelto en el polvo de sus cabalgadas. Nos explicamos: el caudillo ordenaba, después de cada marcha, sacudir sus ropas y recoger el polvo en un capote de cuero, que llevaba a tal efecto. Dicho capote se usó de mortaja y el polvo - que imaginamos sería muy abundante - sirvió para cubrir sus restos

Su muerte fue considerada una catástrofe en el mundo musulmán. En cambio, para los cristianos fue una noticia jubilosa. Según los Anales Compostelanos: 

“En la era de 1040 (1002) murió Almanzor y fue sepultado en el infierno”.

 

 


igno sucesor de Almanzor 

El júbilo por la muerte de Almanzor no duró mucho. 

Su hijo Abd Al-Malik, llamado Al-Muzaffar (el triunfador) es el nuevo hombre fuerte de Córdoba.  Se trata de un guerrero experimentado ya que ha acompañado a su padre en multitud de razzias. 

En 1003, como el poderío musulmán se mantiene intacto, Sancho García prefiere pactar.  A cambio de la ayuda castellana en las campañas de Abd Al-Malik contra el reino de Aragón, Sancho obtiene la devolución de la fortaleza de Clunia y algunas plazas más. De nuevo, la política de pactos del conde castellano obtiene importantes beneficios.

La situación de calma se mantiene hasta 1007, en el que unos cambios de alianzas entre musulmanes y castellanos y leoneses hace que Abd al-Malik declare la guerra a Castilla. El caudillo musulmán razzia durante el verano nuestra parte del valle del Duero, toma el castillo de San Martín de Rubiales (entre Peñafiel y Coca) y recupera la fortaleza de Clunia.  En noviembre, bajando por el río Riaza Al-Muzaffar vuelve a asolar el valle del Duero, entre Roa y Peñafiel.

En la primavera de 1008, Abd al-Malik vuelve a la carga sobre el Duero, pero enferma gravemente y debe retirarse a Medinaceli. Aparentemente repuesto, vuelve a Córdoba y a finales del verano ha vuelto a movilizar su ejército y parte de nuevo hacia el Norte el 19 de octubre. A los pocos días, repentinamente falleció. Cabe la posibilidad de que fuera envenenado (aunque la enfermedad que padeció en primavera es posible que se agravase) ya que, a su muerte, se desata una guerra civil en Córdoba por su sucesión.

 


n rey sin corona 

Sancho García, que está con su ejército en el Duero esperando el ataque musulmán, al enterarse de la muerte de su enemigo, decide razziar las tierras de Soria y Almenar llegando hasta Molina de Aragón. 

La situación caótica en que se halla Córdoba permite al conde castellano cruzar Somosierra con sus huestes, hacer una correría por los alrededores de Toledo e, incluso, atreverse a cruzar Despeñaperros y llegar hasta la misma capital del agonizante califato. 

En Córdoba, uno de los pretendientes al trono (un tal Suleimán) “contrata” los servicios de la hueste del castellano. Aprovechando esta situación, Sancho entra en Córdoba y pone en el poder a Suleimán a cambio del saqueo del tesoro califal. El conde vuelve a Castilla, a finales del año, cargado de riquezas. Incluso ha dejado en Córdoba una guarnición de 100 caballeros castellanos para controlar la situación.

En 1010, con la situación completamente controlada, obtiene de los cordobeses la devolución de toda la Extremadura Castellana (territorio entre el río Duero y el Sistema Central). Según nos refiere el Arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada (De Rebus Hispaniae, libro V, Capítulo III)

“Hic obtinuit Pennam Fidelem (Peñafiel), et Setempublicam (Sepúlveda), et Madolium (Maderuelo),  et Montelionem (Montejo), et Varinatium (Berlanga de Duero), et Oaroman (Osma), et Sanctum Stephanum (San Esteban de Gormaz)...” 

Nuestro pueblo y otras muchas plazas pasaron a manos castellanas, aunque lo único que podría hacer sería proveer la defensa de las fortalezas, dejando el territorio entre ellas baldío, ya que no habría población suficiente para colonizar los territorios perdidos cincuenta años atrás, con Almanzor.

Con estas conquistas, y su capacidad de actuación sobre los sucesos de Córdoba, Sancho García se convierte en el personaje más importante de la Península. Dos de sus hijas, además, casan en el mismo 1010 con el rey de Navarra y con el Conde de Barcelona respectivamente, por lo que su influencia se ve acrecentada. 

Los tesoros traídos de Córdoba le permiten tener una lujosa corte en Burgos. Construye un palacio donde gusta de ofrecer grandes fiestas con juglares (que empiezan a cantar las grandes gestas de los condes castellanos), cantoras y danzarinas traídas de Córdoba. Además, Sancho suele vestir con ricos ropajes a la usanza mora, mucho más vistosos que las sobrias vestiduras castellanas.

El 5 de febrero de 1017 fallece el conde Sancho García. En su tumba, en Oña, se puede leer el siguiente epitafio: 

“este es el conde Sancho, que dio los buenos fueros a los pueblos. La Santa Ley fue su compañera, y el bienestar del reino su mayor cuidado”. 

Como puede apreciarse, se identifica el condado de Castilla como un reino. Prácticamente era el rey, aunque sin corona.

 


mientras ... ¿qué pasaba en Maderuelo?

Ya hemos visto que el hijo de Almanzor lanzó su penúltima razzia desde el valle del Riaza, por su fácil descenso hasta el Duero.

Maderuelo se convierte en este momento en un lugar plenamente fronterizo. Ayllón parece ser que fue conservado por los musulmanes, por lo que en el valle del Riaza-Aguisejo nuestro pueblo fue la última fortaleza castellana. 

Esta situación se mantendrá durante bastantes años, hasta la toma de Toledo por parte de Alfonso VI (como se verá más adelante). De todos modos, la situación de Ayllón no era amenazante. Se puede decir mejor que era Ayllón el amenazado: al Norte tiene Maderuelo, al Este tiene la amenaza de San Esteban, al Oeste está Sepúlveda. Solamente tiene la retaguardia (desde Atienza) segura.