Edad Media: Repoblación del Riaza en el s.X

 

 
ío Aza, un valle muy disputado
   
  Desde Aza, río arriba  
  Fortificación de Maderuelo
  Primeras referencias al Riaza
  Abd al-Rahman III, azote de Castilla
  ¿Qué hacer ante un ataque?
  Abd al-Rahman III, asola el Riaza
  Gormaz, una amenaza cercana
   
 

   
 

Maderuelo tuvo un origen militar

 

 

 

 

 

 

 

 

esde Aza, río arriba

La repoblación de Aza la lleva a cabo el conde de Lara Gonzalo Fernández.

Se cree que sus repobladores fueron gentes de Haza de Siero, de la comarca burgalesa del Rudrón.  Existe una población cercana llamada Moradillo y también en dicha comarca encontramos a Moradillo de Sedano y Moradillo del Castillo lo que parece confirmar este origen burgalés.  En 931 se fija el alfoz de Lara y las obligaciones de los repobladores con el señor.

Estos repobladores fueron ascendiendo por la cuenca del Río Riaza. La posibilidad de obtener tierras cultivables en propiedad hace que las gentes se aventuren más cerca de la frontera, lo cual es muy peligroso, pues se exponen a recibir, sin previo aviso, ataques de fuerzas enemigas. Aunque también puede ser beneficiosa para los pobladores, ya que una de las formas más comunes de hacer riqueza es hacer incursiones en territorio enemigo para robar ganado o saquear poblaciones que no estén muy bien defendidas. Este tipo de acciones se llamarán algaras (la palabra viene a significar correría).

Poco a poco, desde Aza, van estableciéndose poblaciones río arriba, como Montejo, Maderuelo y Ayllón, los tres puntos fácilmente defendibles debido a la orografía y a la existencia de ciertas fortificaciones preexistentes. Por tanto, hacia 920, Maderuelo será una fortaleza de frontera guarnecida por un pequeño contingente. La función de este grupo de guerreros no es tanto defender la zona de posibles incursiones musulmanas como el de razziar el territorio musulmán al otro lado de la Sierra de Ayllón, en las tierras de Atienza.


 


ortificación de Maderuelo

Una fortaleza típica de este periodo (Maderuelo reúne todas las características) es un sólido recinto amurallado, adaptado al terreno, hecho de mampostería o tapial flanqueado por torres cuadradas en los ángulos y repartidas regularmente a lo largo de la muralla, allí donde se estimase que eran necesarias para una mejor defensa. El recinto suele tener una sola puerta cuyas hojas se forraban con láminas de hierro para fortalecerla.   La puerta que aun se conserva es posterior, del siglo XV.

Dentro del castillo, el aljibe para recoger las aguas pluviales y que sirva como reserva de agua del castillo.  En Maderuelo también se excavaron profundos pozos de más de 30mts para obtener agua. Como almacenes de armas y víveres, se solían usar las partes bajas de torreones y en la torre del homenaje (torre más alta del recinto que sería el último bastión de defensa de un castillo). 

El recinto amurallado de Maderuelo en este siglo X no abarcaba el perímetro actual, sino más reducido: probablemente, existirían dos baluartes defensivos en lo que actualmente son la iglesia-palacio de S. Miguel y la iglesia de Santa María del castillo, unidas por un estrecho corredor cuyo perímetro coincidiría con las manzanas de casas comprendidas entre la Calle de Arriba y la Calle de Abajo.  La puerta de acceso se situaría de frente del San Miguel.  La iglesia serviría de cerramiento del recinto amurallado. Posiblemente, la propia iglesia no tuviera función religiosa y fuera la torre del homenaje de la fortaleza.   El edificio sería mucho más humilde que el actual.

Fuera del abrigo de las fortalezas, se situaría el arrabal o barrio (rabad) donde viven las familias de los soldados de la guarnición y algún artesano o comerciante. Las casas son de adobe, con techo de ramas y barro. Los soldados, a cambio del servicio de guarnición, tienen derecho a cultivar un pequeño trozo de tierra en las cercanías del castillo. En caso de alerta, todos los habitantes del arrabal corren a refugiarse en el recinto amurallado con todos los bienes y alimentos que pueden transportar. La situación del arrabal de Maderuelo es difícil de determinar. Probablemente en el arroyo, alrededor de lo que se conoce como Santa Coloma, aunque esto no es sino una hipótesis, avalada por el nombre de la puerta que allí se conserva: Puerta del Barrio

 

Estas defensas debían ser bastante precarias ya que se construirían muy deprisa para poner en funcionamiento lo antes posible la fortaleza. Lo mismo puede decirse de los castillos de Montejo (apenas quedan restos de sus muros en el cerro que domina el pueblo actual) y Ayllón (los restos del cerro del Castillo son de adobe con relleno de tierra –lo que demuestra hasta qué punto fue una construcción apresurada). Maderuelo, entonces, estaría poblado sólo por guerreros. Aún es pronto para poder establecer una población estable. Estamos ante una fortaleza que sirve para defender el curso del río Riaza (entonces llamado Río de Aza) y como escudo protector de la repoblación de la villa de Aza, pues Roa no era tan importante..

De todos modos, todos estos avances son enormemente precarios. Valga como ejemplo que Osma fue tomada por Gonzalo Téllez en 912, pero debe ser abandonada a raíz de una aceifa musulmana en 920, lo mismo que San Esteban de Gormaz, aunque se recuperan inmediatamente ya que los musulmanes no dejan una guarnición.


 


rimeras referencias al Riaza

De 931 aparece un diploma en el cartulario del Monasterio de San Pedro de Arlanza en la que Fernán González (hijo del conde de Lara) y su madre Doña Munia, la comitísima o super-condesa,  ceden el monasterio del Casuar (con todas las tierras de alrededor, incluida Valdevacas) a dicho monasterio.

Hay grandes dudas sobre la autenticidad de dicho documento. Desde luego, no es el documento original firmado por el conde y su madre, sino una “supuesta” copia de los siglos XI o XII hecha por los propios monjes de Arlanza.  Pese a ello, este documento no hace sino hablarnos de que el joven conde Fernán González ya dominaba las tierras  segovianas que rodean al río Riaza.

Fuente:  L. Serrano: Cartulario de San Pedro de Arlanza, Madrid, 1925, pág. 35)


 


bd al-Rahman III, azote de Castilla y León

En 933 Abd Al-Rahmán reúne a su ejército y avanza sobre Castilla desde la parte oriental de la actual provincia de Soria. Pronto Osma y San Esteban de Gormaz quedan cercadas.

Fernán González ha pedido ayuda al rey de León, mientras él mismo se hace cargo de la defensa de Osma. Ramiro II acude con un ejército que levanta el sitio de San Esteban y llega hasta Osma. A las puertas de esta ciudad, el ejército califal sufre una derrota y debe retirarse.

Al año siguiente, un nuevo ejército de Abd Al-Rahmán III avanza de nuevo sobre Osma. Ramiro II, aún en tierras sorianas con su ejército, decide esta vez encerrarse en los muros de Osma y no presentar batalla. Fernán González hace lo propio en San Esteban de Gormaz. Por tanto, el califa no encuentra ningún impedimento en su camino.  De regreso a sus bases del Sur del Sistema Central, el ejército castellano-leonés de Ramiro II y Fernán González les sale al paso y el califa vuelve a ser derrotado a las puertas de Osma.

Pasados unos años, en 939, el Califa Abd Al-Rahmán prepara lo que se presume como la expedición definitiva contra los castellano-leoneses. Reúne un enorme ejército de 100.000 soldados en Córdoba y a finales de julio ya se encuentra el califa y su ejército frente a Simancas (actual provincia de Valladolid). Dentro de la villa amurallada se encuentra el rey Ramiro y sus Condes.

El historiador musulmán Ibn Hayyan nos habla de una larga batalla que dura varios días (se lucha solamente a la luz del día, de noche los ejércitos se retiran a descansar). La derrota musulmana fue grave y si no fue mayor se debió a que los cristianos prefirieron saquear el campo y el campamento musulmán antes de perseguir a las tropas del califa.


 


 

ué hacer ante un ataque?

Las gentes huyen con lo que pueden transportar hacia las fortalezas más cercanas. Los ganados son llevados a los montes y escondidos allí, en la esperanza de que los invasores no los encuentren.

Recuérdese que los ejércitos viven sobre el terreno. Toda expedición lleva un grupo de forrajeadores que se encargan de hacer acopio de alimento tanto para hombres como para bestias (por ello las expediciones se hacen en verano, para poder aprovechar el clima favorable, el que los ríos bajan con poco caudal y son fácilmente vadeables y, sobre todo, las cosechas de cereal están a punto de recogerse). Todo el cereal que no pueden transportar los forrajeadores es destruido para evitar su aprovechamiento por parte de los lugareños.

Una serie de incursiones repetidas durante años llevan al hambre a la población ya que se destruyen las cosechas, se talan los árboles, se roban los ganados, se destruyen casas y se capturan esclavos.  Todo ello para impedir el asentamiento de la población.


 


bd al-Rahman III, asola el Riaza

Abd Al Rahmán III sigue el Duero por su ribera norte en su retirada hacia San Esteban de Gormaz. A su paso por Roa, los musulmanes del distrito de Guadalajara, al que pertenecía Atienza, le envía emisarios para rogar al califa que remonte el río Riaza y  escarmiente a los pobladores de nuestra comarca ya que sufren continuas correrías de grupos de Ayllón, Maderuelo, Montejo y Aza que cruzan la sierra y caen sobre sus tierras y propiedades.

Desde San Martín de Rubiales, cambió de ruta y atacó la cuenca del río Aza, que debió sufrir enormes destrozos. El historiador Ibn Hayyan cuenta:

El príncipe de los creyentes era del parecer de continuar el río Duero hacia San Esteban y Gormaz porque les escaseaban los granos y por la dificultad de forrajear por estar agostados los campos. Pero aquellas gentes de Madinat al-Faray (Guadalajara) y sus husuniha (castillos), que les acompañaban, acudieron a él quejándose [de los ataques] procedentes de los politeístas del Wadi Asah (valle del Aza) y sus fortalezas, insistiéndole y rogándole para que dirigiese el poderoso ejército contra sus castillos y cultivos. Subrayaban que aquello les sería de mayor provecho, así como a las gentes de las Fronteras, que la profunda incursión en territorio politeísta y el causar destrozos a quienes no lanzaban algaras contra ellos ni les venían a violentar.

Entonces dirigió las tropas contra el río Haza, no dejando allí castillo que no destruyese, aldea que no arrasase, ni medio de vida que no acabase. Cuando llegó a los confines de dicha [región], no quedando al ejército lugar por recorrer, ordenó a los adalides fueran a reconocer [el terreno] para buscar los caminos más directos hacia el hisn Antisa (castillo de Atienza) y los más convenientes y de trayecto más seguro para el retorno de los musulmanes, dado el abrumamiento de sus acémilas. Acordaron dirigirse hacia el hisn Qstrb (castillo de C…) [Castrobón, en Fresno de Caracena], ya que desesperaban de salir a otra parte”.

 La destrucción debió ser grande. La fortaleza de Maderuelo fue abandonada por sus defensores que se refugiaron en el monte (recordemos que el páramo actual era en el siglo X una zona de monte bajo bastante espeso). Lo mismo puede decirse de Montejo y Ayllón.

Cuando llegaron a la Sierra, el ejército califal cruzó hacia Fresno de Caracena y las tierras de Atienza. Una vez franqueada la Sierra, en Albendiego o Alhándega, un ejército formado por las gentes de Osma, San Esteban y Caracena, ayudadas por la gente de Montejo, Maderuelo y Ayllón (que han podido rehacerse) derrota a la retaguardia del ejército de Abd Al-Rahmán.


 


 

ormaz, una amenaza cercana

Las luchas civiles por la sucesión del trono leonés y el cautiverio de Fernán González han sido aprovechados por los musulmanes para ocupar San Esteban (961) y construir una imponente fortaleza en Gormaz que les sirva de base de operaciones desde las que razziar el territorio castellano.

La zona de Maderuelo y Ayllón, primera línea de defensa, se ve fuertemente amenazada y la repoblación de ambas villas sufre un frenazo. Recobrada la libertad, Fernán González consigue recuperar San Esteban en 963 y restablecer la situación de equilibrio frente a los musulmanes.

En junio de 970 fallece Fernán González. Su hijo, García Fernández,  hereda el condado sin ninguna oposición.  García intenta tomar en 975 la fortaleza de Gormaz, que amenaza seriamente Osma y San Esteban (y todo el flanco oriental de su Condado). Para ello reúne un numeroso ejército y  sitia la fortaleza. La llegada de un ejército musulmán de socorro desde Berlanga obliga a García a desistir de su intento.